Apología de la violencia machista en la copla: las 'Peleas en broma' de Valderrama y Abril


Corrían los 70 cuando Juanito Valderrama y Dolores Abril tuvieron la brillante idea de grabar sus riñas conyugales en unas coplillas sin calcular su éxito ni el ominoso testimonio que nos legaban. Guardo el recuerdo infantil de mi primo apostado en un altillo disparando perdigonazos a los gatos de los tejados mientras tarareaba aquello de:

De la costilla del hombre / hicieron a la mujer /
por eso como son nuestras / se las podemos romper


 

o ésto otro:

Si te pillara el express / cómo lo iba a sentir/
gritaría ya soy feliz / que se murió mi mujer/
¡y viva el ferrocarril!


 

...y así, un buen montón de rimas lamentables a las que Dolores replicaba descalificándole como enano poco vigoroso. Por no quedarnos en la superficie frívola de la anécdota, pues no deja de serlo en la carrera de una estrella del calibre de Valderrama para la música popular española, versos como:

No le pegues a la mujer/ aunque tú seas su dueño /
que nunca resulta bien / si no se hace con un leño


son ejemplos palmarios de nuestra mentalidad pocas decadas atrás, sustrato de un drama anónimo y silencioso. Se llama educación. A nadie le escandalizaba escucharle cantar entonces:

Ni pegarle a la mujer / ni que sea mala /
No reñirle ni pegarle: / cogerla por el pescuezo /
con mucha fuerza apretarle
/ se quita del mundo un hueso 
 

Muy al contrario, agotábamos sus cintas en puestos de gasolinera, ya que nos parecía la monda  también éso de:

No es hombre ni bien nacío / el que ofende a una mujer /
si no le da su querer / y luego la tira al río /
con una piedra en los pies...


En fin. No recuerdo que mi primo llegase a hacer blanco en ningún gato con la dichosa escopeta. Juanito y Dolores acababan reconciliándose en sus canciones. Y supongo que todos acabaron arrepintiéndose de aquéllos actos. 
La normalidad se confunde con la convención,que tanto nos resistimos a cambiar, y la memoria, por clemencia, es selectiva. Pero para nuestra vergüenza perduran la desafortunada alegría de éstas coplas y el recuento de mujeres muertas.
Ah, esta vez, como comprenderéis, no pongo nada en descarga.

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